Una mañana tranquila en el poblado de Villa de Guaduas, mientras todos hacían sus deberes, escondido en una cantina se encontraba Nariño, reclutando soldados para la campaña Libertadora, pero lastimosamente no les había ido muy bien ya que al ver el fusilamiento de tantos Criollos se había escarmentado la gente y de los 500 hombres que había en Guaduas solo 50 se habían ofrecido para ser soldados. Mi papa estaba muy preocupado porque con tan pocos soldados seguro perderían la batalla. Cuando todo parecía perdido hubo un temblor que duro casi media hora pero luego se dieron cuenta que no era un terremoto, sino que un gigante de piedra se había acercado hasta esa villa, Nariño al ver que no era peligroso se le acercó y le dijo:
-Come-piedras estamos en una guerra por nuestra libertad, ¿nos podrías ayudar en nuestra noble causa?
-Si claro, si quieres te traigo más soldados, yo conozco unos amigos.
Dicho esto silbó muy fuertemente y llegaron inmediatamente dos duendes montados el primero en un murciélago gigante y el segundo en un caracol(también gigante y muy rápido), luego llego un niño con aspecto de arquero llamado atreyu montado sobre un dragón con cabeza de perro.
Llego el día de la batalla y los guerreros especiales se camuflaron. No falto mucho para que los españoles con sus tácticas de guerra les sacaran ventaja. Al ver esto Nariño dio la orden de que sus gigantes amigos salieran. Cuando salió el come-piedras y aplasto a centenares de españoles. Los duendes montados en sus animales al ser tan rápidos derrotaron fácilmente a los demás españoles y atreyu con su arco que parecía traspasar cualquier protección también mato a cientos.
Ganaron los patriotas la batalla pero no alcanzaron a despedirse ya que tenían asuntos pendientes en otro mundo llamado Fantasía.
Autor: Elian Diaz
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